
La selección precisa del capital humano resulta esencial para ejecutar una tarea con responsabilidad. Esta labor, mantenida en el tiempo da la razón a los especialistas que escogieron al candidato ideal. Tras 40 años de abnegado trabajo en la Aduana General de la República, el oficial de aduana Sergio Isaac Alfonso Gómez es un ejemplo para sus familiares y análogos de profesión.
Sergio Isaac es oriundo del barrio de Paraíso, al cual sigue viendo muy suyo, aunque ahora vive en Tulipán. Tras salir de las fuerzas armadas, después de tres años prestando servicios, conoce sobre la oferta de cursos para ingresar a la aduana. Le interesó la opción y comenzó el proceso de candidatura. El 14 de noviembre de 1984, fecha en sus palabras descrita como inolvidable, marca su arribo a la institución.
¿Cuánto ha cambiado el trabajo de un oficial de aduanas desde tu ingreso a la actualidad?
“Ha cambiado mucho y para bien. Antes las oficinas estaban en el local que hoy ocupa Cubacontrol, en la calle Argüelles. Nos mudamos acá, al edificio central en 1990. Comencé en la Zona uno del Puerto y al año fuimos seleccionados cuatro compañeros para trabajar en el Puesto de Mando. Voy a ejemplificar el cambio, para recibo o envío de información usábamos un teletipo, una planta de radio y un teléfono. Actualmente, el volumen de información recopilada es enorme, controles, infracciones, arribos, salidas, por solo mencionar algunas. Ello precisa de vías seguras y ágiles para su envío a la instancia superior o la compartimentación con otras aduanas”.
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