Este 28 de enero se cumple el aniversario 170 del natalicio de la figura más prominente de la historia nacional, del más universal de todos los cubanos. En el Aniversario 60 de la creación de la ADUANA SOCIALISTA, nosotros trabajadores de la institución insertamos en el desempeño diario su pensamiento y acción.
La república que soñó José Martí, la que vislumbró en su desvelo útil y luminoso, es la aspiración suprema de la nación: Cuba con todos y para el bien de todos.
Nuestro HÉROE NACIONAL es guía del empeño de un pueblo por consolidar su libertad plena, por lograr la prosperidad que merece, por alcanzar toda la justicia. Fue el político preclaro y el poeta inspirado; el combatiente esforzado y el soñador impenitente. El ideario martiano — y su proyección extraordinaria en el pensamiento y el ejercicio de valiosos ciudadanos— marca un camino. José Martí no da todas las respuestas, pero sí deviene paradigma ante los desafíos de la contemporaneidad, por lo que se precisa una lectura dialéctica.
Hay que leer a Martí, hay que estudiarlo, hay que hacerlo materia germinal del proyecto del país que queremos, que concretaremos todos, es una necesidad permanente, no será nunca celebración puntual, acto desprovisto de implicaciones prácticas. Martí es un modelo, un puerto seguro, un camino abierto a la reflexión, al que debemos llegar primero nosotros, si queremos que lo hagan nuestros hijos. Busquemos entre sus líneas la oportunidad de crecer, para que crezcan ellos tras los pasos más acertados que podamos andar. No será fácil, pero se hace necesario, más aún, imprescindible. A 170 años de su natalicio, se lo debemos, porque necesitamos que dialogue con las nuevas generaciones de cubanos, para que, desde la más absoluta transparencia y la impoluta rectitud de su carácter, pueda ayudarnos a salvar todo aquello que merece ser salvado.
Cuba lo evocará con un programa que incluye acciones en cada uno de los ámbitos de la vida social, donde estamos convocados a participar.
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